lunes, 26 de enero de 2015

Pirañas con sensores que velan por su bienestar

El Acuario Fluvial de Zaragoza y Libelium han instalado un sistema de monitorización de la calidad del agua y de las condiciones ambientales de sus instalaciones. En una primera fase, las zonas monitorizadas son un acuario de agua dulce en el que viven más de veinte pirañas y un terrario que alberga a una anaconda de más de tres metros de largo, así como otras siete especies de peces.



La gran mayoría de los animales que viven en el Acuario Fluvial de Zaragoza son, según cuentan los autores de esta aventura, extremadamente sensibles a cambios en las condiciones del medio que les rodea, sobre todo los peces. Por lo que se hace imprescindible un control exhaustivo y regular de diversos parámetros físico-químicos del agua, como el potencial de oxidación-reducción (ORP), nivel de conductividad (EC), pH, oxígeno (O2) disuelto en agua, temperatura, y luminosidad.

Gracias a la colaboración de Libelium y el Acuario Fluvial de Zaragoza, las mediciones en dos de sus instalaciones ahora se realizan cada 20 minutos y de forma automática, en lugar de una vez por semana y de forma manual como se hacía hasta ahora. 

"Variaciones en las condiciones óptimas de ambos entornos acuáticos pueden ser detectadas ahora en cuestión de minutos, lo que garantiza la rápida reacción del equipo del acuario.", dice David Gascón, CTO de Libelium. "Smart Water (Sistema Agua Inteligente) es la primera plataforma de medición de calidad del agua que se conecta a la nube y que controla sus parámetros en tiempo real". La intención es que los datos sean después analizados por los técnicos del Acuario. 




Y para darle un toque divulgativo al proyecto, se han colocado unas pantallas junto a los tanques monitorizados donde, a través de animaciones, se hará entender a públicos de todas las edades cómo funciona un sistema así.

"Las ventajas de este sistema de control en tiempo real son infinitas en comparación con los sistemas tradicionales. Ahora podemos controlar todo el acuario desde un smartphone", dice Javier González, director de Tecnología del Acuario Fluvial de Zaragoza. "Tener un histórico de datos es claramente una ventaja adicional. Podemos estudiar cómo evoluciona el estado de los acuarios a lo largo del tiempo."

La solución elegida para el acuario de agua dulce ha sido Smart Water, la plataforma de Libelium para el control de parámetros relacionados con la calidad del agua, como la temperatura, el pH, el nivel de conductividad, la turbidez o el oxígeno disuelto en agua, entre otros.



Sobre Libelium
Libelium es una empresa de diseño y fabricación de hardware para la implementación de redes sensoriales inalámbricas y protocolos de comunicación para todo tipo de redes inalámbricas distribuidas, especialmente enfocadas en la contrucción de soluciones para Internet of Things (IoT), M2M y Smart Cities.

Sobre el Acuario Fluvial de Zaragoza
El Acuario Fluvial de Zaragoza se inauguró en 2008 con motivo de la celebración de la Expo Mundial del Agua. Se trata del acuario fluvial más grande de Europa: tiene más de 2,5 millones de litros de agua, repartidos en 70 acuarios y acua-terrarios. En sus instalaciones se encuentra el tanque de agua dulce más grande de Europa, con 1,7 millones de litros de agua, y una profundidad de 9 metros. En total, 4.500 metros cuadrados de instalación visitable por el público. Hoy expone más de 4.200 ejemplares de 270 especies diferentes de animales, algunas de las cuales no pueden verse en ningún otro acuario, no sólo de Europa si no del mundo, como el Pez Tigre Gigante (Hydrocynus goliath) y el grupo más numeroso de Arapaimas (Arapaima gigas) del planeta en un acuario.



Para más información visita http://www.acuariodezaragoza.com/

viernes, 9 de enero de 2015

Cómics para aprender Ética clínica


Empatía, emoción, calidad, divulgación son términos cada vez más empleados al hablar de mejoras en la relación médico-paciente e, incluso, en la percepción social de la Medicina. Las historietas se han revelado como eficaz herramienta





Si nos proponen rellenar los 'bocadillos' de esta historieta, ¿qué escribiríamos? Son dibujos que hablan de malas noticias, de enfermedad, de comunicación, mala o buena, y de la existencia o no de empatía por parte del médico. Es el ejercicio que Blanca Mayor, autora del blog de Diario Médico 'Comunicación y educación en salud', propuso a los estudiantes de Medicina de la Universidad de Zaragoza en un seminario sobre el uso del cómic en el aprendizaje de la Ética clínica.

Y les propuso que aseguraran “la eficacia de la comunicación” sin emplear, claro está, términos médicos incomprensibles para el paciente y que reflejaran “una actitud empática”. Esto es lo que, para Blanca Mayor, aporta el cómic a los estudios de Medicina: “El reto de utilizar un lenguaje comprensible y una manera muy eficaz de ejercitar la empatía”. El ejercicio fue realizado por el centenar de alumnos presente en el seminario.

Junto a Mayor, participaron en el seminario Mónica Lalanda, médica de Urgencias, escritora e ilustradora de historietas, Ian Williams, físico, también escritor y autor de innumerables cómics de temática médica, y Rogelio Altisent, médico y organizador de este seminario desde la Cátedra de Profesionalismo y Ética Clínica de la Universidad de Zaragoza. Todos ellos, partiendo de la base de que la Ética es una materia de estudio ardua para los alumnos de Medicina, son pioneros en el uso del cómic para facilitar este aprendizaje, convencidos del poder comunicador de la imagen.

Pero entonces, ¿es que falta Ética en la práctica clínica? “No lo estamos haciendo bien; desde tiempos inmemoriales tenemos un problema de comunicación, el médico está arriba y el paciente abajo”, explicó Mónica Lalanda. Y añadió: “Con el tiempo, el médico joven se deshumaniza, despersonaliza los problemas y los pequeños detalles éticos se desatienden”. Por eso hay que poner énfasis en esta asignatura.

¿Y por qué con cómics? “Son un estupendo elemento didáctico -afirmó Lalanda-, porque con ellos el lector no es pasivo y el cómic intensifica la experiencia, humaniza la enfermedad, facilita la reflexión...”. Iam Williams, a quien 'Sick Joke' le cambió la vida, subrayó la frase “el cómic ayuda a pensar” y, como autor, contó que “el mero hecho de hacerlos ya es reflexivo; las imágenes ayudan a construir el mundo”. Y Blanca Mayor 'dio en el clavo': “El cómic ejercita la empatía”.

Así, este acto de innovación docente desveló que las historietas pueden reforzar el aprendizaje, pero sirven igualmente para mantener alerta al médico veterano en el ejercicio de su profesión. 'Alicia en un mundo real', 'Un día como hoy', 'Yo tenía un perro negro'... son cómics dirigidos a médicos, como 'The Bad Doctor' de Iam Williams. Los detalles de las historietas son incontables.

Algunas prestigiosas revistas médicas ya han publicado cómics, como los 'Anales de Medicina Interna', 'The Lancet' y 'BMJ'. En www.graphicmedicine.org hay numerosos ejemplos del uso médico del cómic, sobre todo en Estados Unidos. Y otra historieta a tener en cuenta es la que narra en viñetas el código deontológico en General Medical Council. Los estudiantes y los propios médicos parecen extraer más de un cómic que de un libro.

Lo cierto es que las imágenes tienen el poder de emocionar al receptor. Así, esas historias que cuentan no se olvidan nunca. “Un buen aprendizaje de la Ética redunda en la calidad del trabajo”. Mónica Lalanda está convencida de ello.

Estudiantes, médicos y ciudadanos. Ian Williams va más allá del aprendizaje y el entrenamiento constante de los valores éticos: “El poder comunicador de la imagen es tal, que puede incluso cambiar la percepción social de la Medicina”. Por eso cada vez son más los profesionales de la salud escribiendo, leyendo y difundiendo cómics sobre patologías pero también sobre la relación médico-paciente. Soplan vientos de divulgación y quieren aprobar ya esta asignatura pendiente.

Después, la Ética médica se encuentra irremediablemente con las redes sociales. Por eso, profesionales de la Deontología han publicado un Manual de Buen Uso de RRSS para médicos y estudiantes, coordinado por Mónica Lalanda y recién presentado. Altisent, Mayor, Williams y Lalanda conviven de tal modo con las redes sociales que el seminario de la Universidad de Zaragoza fue organizado a través de Twitter (#medcomic), contaron ellos mismos. Lalanda agregó que “la idea partió de una entrada del blog de Blanca Mayor sobre patografía gráfica en Estados Unidos”, donde, además, nuestra bloguera hace otras muchas recomendaciones (The Doctor Cartoons and Comics, Medical Cartoons, Forges en lacoctelera.com...).

Para amplificar la innovación de la Cátedra de Profesionalismo y Ética Clínica de la Universidad de Zaragoza, este reportaje podría haber sido elaborado en formato cómic. Pero Fernando Abadía, del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud y miembro del Graphic Recording & Visual Faciliting, ya se ha encargado de ello. Durante el seminario dibujó esto: