miércoles, 4 de noviembre de 2015

Fundación Dinópolis, protagonista de película y exposiciones en Japón

Érase una vez, hace 145 millones de años, un enorme dinosaurio buscaba comida por tierras europeas. Su cuello era muuuuy largo, su cola también, y andaba a cuatro patas. Aunque era 'vegetariano', seguro que daba mucho miedo al resto de las especies animales del momento, porque medía de largo unos treinta y cinco metros y pesaba cuarenta y cinco toneladas. Su nombre: Turiasaurus Riodevensis; hoy lo sabemos gracias a la Fundación Dinópolis, que ha encontrado en Riodeva (Teruel) setenta de sus huesos. Un animal nunca antes catalogado, que viene ahora a decirnos que por Europa también corrieron gigantescos dinosaurios como por África y América.





Éste es sólo uno de los logros de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis. Su equipo de paleontólogos ha descubierto en la zona más de doscientos nuevos yacimientos con dinosaurios y ha recuperado miles de huesos, ocho mil sólo en la localidad de Ariño. Los resultados de sus investigaciones han permitido describir dos nuevos grupos, siete nuevos géneros y nueve especies nuevas de vertebrados (dinosaurios, cocodrilos y tortugas) del Mesozoico, así como un nuevo género y cuatro nuevas especies de mamíferos del Cenozoico.

Como muestra de la confianza de la comunidad científica en la Fundación Dinópolis, la Sociedad Española de Paleontología ha acordado que todos sus fondos documentales y bibliográficos estén custodiados en Teruel.

Película y exposiciones
Luis Alcalá, gerente de la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis, tiene hoy su mesa llena de proyectos. Además del trabajo constante de diseñar nuevos contenidos para el parque temático turolense, 'Territorio Dinópolis', Alcalá prepara material para la realización de un documental de larga duración sobre dinosaurios y para dos exposiciones en Japón, una que se inaugurará el 14 de julio de 2016 en el Museo de Toyohashi, en Aichi, y otra prevista para julio de 2017 en Osaka, ambas en colaboración con The Yomiuri Shimbun Group.

Como parte también de su trabajo divulgativo, los científicos de Fundación Dinópolis están creando nuevas rutas paleontológicas en las comarcas aragonesas Comunidad de Teruel y Gúdar-Javalambre.



Más proyectos internacionales, éstos de investigación: los paleontólogos de Fundación Dinópolis tienen ahora entre manos la comparación científica de los dinosaurios de Teruel y sus ecosistemas con los de Utah, Colorado y Texas (EEUU) y con los de Gansu (China). Y se preparan para recuperar nuevos dinosaurios en las minas de Ariño y Galve y en yacimientos de Riodeva y El Castellar, entre otros. También están desarrollando el Geoparque del Maestrazgo, para que sea aceptado como Geoparque Global de la UNESCO, y están terminando cinco tesis doctorales dirigidas desde la Fundación.


jueves, 8 de octubre de 2015

Las electrolineras ya no son un problema para la red eléctrica

Unas baterías de litio con una capacidad de 20kWh y una potencia de 20kVA 'tienen la culpa'. Permiten que un vehículo eléctrico se conecte a la red sin desestabilizarla. Por fin. Nace así la primera electrolinera pública de España de estas características. Está en Zaragoza, funcionando ya en la estación de servicio El Portazgo, y también en la lista europea de estaciones para coches eléctricos Electromaps. E incorpora otro elemento totalmente novedoso: una instalación fotovoltaica que carga las baterías, cuando es posible, de energía renovable.


                                                                  Javier Cebollada/Comunicaciones Mil

Almacenamiento energético gracias a las baterías de litio y suministro fotovoltaico, todo en uno. Es el resultado de las investigaciones del proyecto SIRVE (Sistema Integrado para la Recarga de Vehículo Eléctrico), financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad para favorecer la expansión de estos coches. Ha sido el CIRCE (Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos) de la Universidad de Zaragoza el que ha hecho realidad este gran avance. Suyo es el diseño y también la fabricación, para la que ha colaborado con las empresas Urbener y Pronimetal.


La marquesina de la electrolinera de El Portazgo, ahora modelo para los próximos desarrollos, ofrece al cliente tres conexiones distintas (lenta, moderada y rápida) según la modalidad de carga que elija. La operación puede durar varias horas o efectuarse en tan sólo quince minutos si el usuario opta por la carga rápida.   

                                                                                  Javier Cebollada/Comunicaciones Mil

martes, 14 de abril de 2015

Las Google Glass se abren paso en el 'quirófano global'




Claro ejemplo de wearable aplicado a la salud. Varios cirujanos han probado ya a operar portando unas Google Glass, las gafas que permiten grabar la intervención quirúrgica y retransmitirla con fines formativos o de colaboración. Pedro Guillén es uno de ellos. El 21 de junio de 2013, este cirujano de la Clínica Cemtro de Madrid retransmitió, “por primera vez en el mundo”, un implante de condrocitos, que fue seguido por streaming por otro médico, Homero Rivas, director de Cirugía Innovadora de la Universidad de Stanford (California), quien pudo así participar en la intervención.

Tres meses después, Guillén ofrecía una master class a petición de Google, que fue seguida por 276 hospitales de todo el mundo. En esa ocasión, utilizó un artroscopio inalámbrico para realizar un implante de cultivo de cartílago, dos técnicas novedosas en sí mismas. Guillén habla del “quirófano global” para referirse a la revolución que supone la introducción en este entorno de las Google Glass.


 El cirujano Pedro Guillén.





Todavía prototipo sin comercializar, son gafas que ofrecen al portador una pantalla de veinticinco pulgadas a una distancia de 0,74 centímetros. Disponen de una cámara de cinco magapíxeles, grabación de vídeo a 720 p, memoriaflash de 16 Gb y una batería con una autonomía de un día. Este último punto es centro de interés para los creadores de wearables, “conseguir que los dispositivos tengan mucha autonomía y que sean, a la vez, sostenibles”, explica Ignacio Martínez Ruiz, del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A).

Con un visor que permite ver una proyección a través de una interfaz en la esquina superior derecha del campo de visión, las gafas de Google reproducen también audio, gracias a un sistema de conducción directa a los huesos próximos al oído que logra un sonido nítido. Y se manejan con la voz y el movimiento de la cabeza.

Dado que permiten acceder al historial clínico del paciente y hacer interconsultas sin trasladarse al ordenador ni teclear, las Google Glass muestran a los médicos, sobre todo a cirujanos y personal de Urgencias, un futuro prometedor. También los reumatólogos halagan esta herramienta, como Antonio Gómez Centeno, del Hospital Parc Tauli de Sabadell. “Al tener las manos libres -dice-, podemos realizar varias tareas a la vez, algo muy importante en nuestra especialidad”.

En el último Congreso de la Sociedad Española de Reumatología, Gómez Centeno dirigió un taller de Google Glass y destacó: "Se puede fotografiar una lesión y compararla con las imágenes de archivo, grabar una operación mientras se desarrolla o hacer una interconsulta con otros especialistas que están viendo lo que tú ves. El ordenador está en tu ojo y lo manejas con la voz, con las manos libres para seguir explorando al paciente".

Wearables, atractivos pero no aptos para prescripción

Parches para diabéticos que suministran la dosis necesaria, lentillas con vitamina E para tratar el glaucoma, sensores que se dibujan en la piel para medir los niveles de glucosa, tatuajes electrónicos, relojes y pulseras que monitorizan los latidos del corazón... Un mundo de dispositivos inteligentes, los llamados wearables, que vienen a cuidar de nuestra salud y bienestar. Ninguna empresa electrónica quiere ya quedarse al margen, aunque esta tecnología no sabe aún cómo instalarse entre el médico y el paciente.


Tinta enzimática que permite dibujar un sensor en la piel para detectar el nivel de glucosa en sangre. Universidad de California (San Diego)



Mucha exploración, también muchos obstáculos y varios puntos de controversia es lo que hay en el entorno de los wearables para salud. Estos dispositivos que extraen del cuerpo humano datos biométricos no tienen mucho más de un lustro y ya se perfilan como ayudas complementarias al autocuidado. Sin embargo, los expertos reconocen que “aún carecen del grado de fiabilidad suficiente” como para ser prescritos por un médico, señala Ignacio Martínez Ruiz, del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A) y coordinador de eSalud en el grupo de investigación HOWLab.

Aunque las nuevas generaciones vienen ya preparadas para utilizar los wearables (un 12% va a comprar un dispositivo este año para fitness, de entre los 24.000 consumidores incluidos en el último Informe Accenture), en el campo de la salud encuentran varios problemas. Uno de ellos es la interoperabilidad de sistemas. “Es cierto que el internet de las cosas, lo que también se llama machine to machine, salva muchos problemas de comunicación -explica Martínez Ruiz-, porque los datos son enviados por el propio dispositivo, sin participación del usuario, pero luego está el problema de la bidireccionalidad”.

Un sorprendente ejemplo de wearable de salud: el grupo de nanoingeniería que lidera Joseph Wang en la Universidad de California, en San Diego, ha creado una tinta enzimática para, con un dispositivo en forma de bolígrafo, dibujar un sensor en la piel que detecta el nivel de glucosa en sangre. Es un sencillo test para diabéticos. A modo de tatuaje, la tinta permanece un tiempo sobre la piel y consigue transmitir los datos a un dispositivo electrónico de medición de glucosa por Bluetooth.

Útiles, no fiables aún
El intercambio de información médica trae de cabeza a los ingenieros, porque hay que capturar grandes cantidades de datos de la monitorización del paciente, del estilo de vida, la actividad, consultas médicas, pruebas de laboratorio... En este contexto, los problemas legales de protección de datos que también suscitan los wearables son “un mal menor”, según Martínez, miembro también del Foro Nacional de Interoperabilidad en Salud. Aún hay muchas cuestiones elementales que resolver. Para empezar, la fiabilidad.

Los wearables que ya están en el mercado pueden servir de complemento en prevención y en supervisión de enfermedades crónicas. Pero aún los médicos no los prescriben. Es en el mundo del deporte donde estos dispositivos, sobre todo en forma de pulseras, van camino del éxito. Su proliferación y la expectación que despiertan han quedado demostradas en los congresos de electrónica y móviles; y en el hecho de que esta tecnología ligada a la salud tenga ya congreso propio, celebrado el primero en Madrid en 2014.


Aunque la infraestructura wearable esté, por tanto, incompleta para servir a la medicina, algunos profesionales de la salud apuestan ya decididamente por esta tecnología 'llevable'. Es el caso de Antonio Gómez Centeno, de Reumatología del Hospital Parc Tauli de Sabadell, quien califica de “muy útil” el empleo de wearables, “porque -dice- nos permiten introducir datos en un sistema informático sin utilizar las manos”. Otros médicos, sin embargo, prefieren no sobrevalorarlos, como el cirujano Julio Mayol, que en el primer Congreso de Wearables en Salud vino a decir que con lo que ahora tenemos no vamos a ningún sitio. 

lunes, 26 de enero de 2015

Pirañas con sensores que velan por su bienestar

El Acuario Fluvial de Zaragoza y Libelium han instalado un sistema de monitorización de la calidad del agua y de las condiciones ambientales de sus instalaciones. En una primera fase, las zonas monitorizadas son un acuario de agua dulce en el que viven más de veinte pirañas y un terrario que alberga a una anaconda de más de tres metros de largo, así como otras siete especies de peces.



La gran mayoría de los animales que viven en el Acuario Fluvial de Zaragoza son, según cuentan los autores de esta aventura, extremadamente sensibles a cambios en las condiciones del medio que les rodea, sobre todo los peces. Por lo que se hace imprescindible un control exhaustivo y regular de diversos parámetros físico-químicos del agua, como el potencial de oxidación-reducción (ORP), nivel de conductividad (EC), pH, oxígeno (O2) disuelto en agua, temperatura, y luminosidad.

Gracias a la colaboración de Libelium y el Acuario Fluvial de Zaragoza, las mediciones en dos de sus instalaciones ahora se realizan cada 20 minutos y de forma automática, en lugar de una vez por semana y de forma manual como se hacía hasta ahora. 

"Variaciones en las condiciones óptimas de ambos entornos acuáticos pueden ser detectadas ahora en cuestión de minutos, lo que garantiza la rápida reacción del equipo del acuario.", dice David Gascón, CTO de Libelium. "Smart Water (Sistema Agua Inteligente) es la primera plataforma de medición de calidad del agua que se conecta a la nube y que controla sus parámetros en tiempo real". La intención es que los datos sean después analizados por los técnicos del Acuario. 




Y para darle un toque divulgativo al proyecto, se han colocado unas pantallas junto a los tanques monitorizados donde, a través de animaciones, se hará entender a públicos de todas las edades cómo funciona un sistema así.

"Las ventajas de este sistema de control en tiempo real son infinitas en comparación con los sistemas tradicionales. Ahora podemos controlar todo el acuario desde un smartphone", dice Javier González, director de Tecnología del Acuario Fluvial de Zaragoza. "Tener un histórico de datos es claramente una ventaja adicional. Podemos estudiar cómo evoluciona el estado de los acuarios a lo largo del tiempo."

La solución elegida para el acuario de agua dulce ha sido Smart Water, la plataforma de Libelium para el control de parámetros relacionados con la calidad del agua, como la temperatura, el pH, el nivel de conductividad, la turbidez o el oxígeno disuelto en agua, entre otros.



Sobre Libelium
Libelium es una empresa de diseño y fabricación de hardware para la implementación de redes sensoriales inalámbricas y protocolos de comunicación para todo tipo de redes inalámbricas distribuidas, especialmente enfocadas en la contrucción de soluciones para Internet of Things (IoT), M2M y Smart Cities.

Sobre el Acuario Fluvial de Zaragoza
El Acuario Fluvial de Zaragoza se inauguró en 2008 con motivo de la celebración de la Expo Mundial del Agua. Se trata del acuario fluvial más grande de Europa: tiene más de 2,5 millones de litros de agua, repartidos en 70 acuarios y acua-terrarios. En sus instalaciones se encuentra el tanque de agua dulce más grande de Europa, con 1,7 millones de litros de agua, y una profundidad de 9 metros. En total, 4.500 metros cuadrados de instalación visitable por el público. Hoy expone más de 4.200 ejemplares de 270 especies diferentes de animales, algunas de las cuales no pueden verse en ningún otro acuario, no sólo de Europa si no del mundo, como el Pez Tigre Gigante (Hydrocynus goliath) y el grupo más numeroso de Arapaimas (Arapaima gigas) del planeta en un acuario.



Para más información visita http://www.acuariodezaragoza.com/

viernes, 9 de enero de 2015

Cómics para aprender Ética clínica


Empatía, emoción, calidad, divulgación son términos cada vez más empleados al hablar de mejoras en la relación médico-paciente e, incluso, en la percepción social de la Medicina. Las historietas se han revelado como eficaz herramienta





Si nos proponen rellenar los 'bocadillos' de esta historieta, ¿qué escribiríamos? Son dibujos que hablan de malas noticias, de enfermedad, de comunicación, mala o buena, y de la existencia o no de empatía por parte del médico. Es el ejercicio que Blanca Mayor, autora del blog de Diario Médico 'Comunicación y educación en salud', propuso a los estudiantes de Medicina de la Universidad de Zaragoza en un seminario sobre el uso del cómic en el aprendizaje de la Ética clínica.

Y les propuso que aseguraran “la eficacia de la comunicación” sin emplear, claro está, términos médicos incomprensibles para el paciente y que reflejaran “una actitud empática”. Esto es lo que, para Blanca Mayor, aporta el cómic a los estudios de Medicina: “El reto de utilizar un lenguaje comprensible y una manera muy eficaz de ejercitar la empatía”. El ejercicio fue realizado por el centenar de alumnos presente en el seminario.

Junto a Mayor, participaron en el seminario Mónica Lalanda, médica de Urgencias, escritora e ilustradora de historietas, Ian Williams, físico, también escritor y autor de innumerables cómics de temática médica, y Rogelio Altisent, médico y organizador de este seminario desde la Cátedra de Profesionalismo y Ética Clínica de la Universidad de Zaragoza. Todos ellos, partiendo de la base de que la Ética es una materia de estudio ardua para los alumnos de Medicina, son pioneros en el uso del cómic para facilitar este aprendizaje, convencidos del poder comunicador de la imagen.

Pero entonces, ¿es que falta Ética en la práctica clínica? “No lo estamos haciendo bien; desde tiempos inmemoriales tenemos un problema de comunicación, el médico está arriba y el paciente abajo”, explicó Mónica Lalanda. Y añadió: “Con el tiempo, el médico joven se deshumaniza, despersonaliza los problemas y los pequeños detalles éticos se desatienden”. Por eso hay que poner énfasis en esta asignatura.

¿Y por qué con cómics? “Son un estupendo elemento didáctico -afirmó Lalanda-, porque con ellos el lector no es pasivo y el cómic intensifica la experiencia, humaniza la enfermedad, facilita la reflexión...”. Iam Williams, a quien 'Sick Joke' le cambió la vida, subrayó la frase “el cómic ayuda a pensar” y, como autor, contó que “el mero hecho de hacerlos ya es reflexivo; las imágenes ayudan a construir el mundo”. Y Blanca Mayor 'dio en el clavo': “El cómic ejercita la empatía”.

Así, este acto de innovación docente desveló que las historietas pueden reforzar el aprendizaje, pero sirven igualmente para mantener alerta al médico veterano en el ejercicio de su profesión. 'Alicia en un mundo real', 'Un día como hoy', 'Yo tenía un perro negro'... son cómics dirigidos a médicos, como 'The Bad Doctor' de Iam Williams. Los detalles de las historietas son incontables.

Algunas prestigiosas revistas médicas ya han publicado cómics, como los 'Anales de Medicina Interna', 'The Lancet' y 'BMJ'. En www.graphicmedicine.org hay numerosos ejemplos del uso médico del cómic, sobre todo en Estados Unidos. Y otra historieta a tener en cuenta es la que narra en viñetas el código deontológico en General Medical Council. Los estudiantes y los propios médicos parecen extraer más de un cómic que de un libro.

Lo cierto es que las imágenes tienen el poder de emocionar al receptor. Así, esas historias que cuentan no se olvidan nunca. “Un buen aprendizaje de la Ética redunda en la calidad del trabajo”. Mónica Lalanda está convencida de ello.

Estudiantes, médicos y ciudadanos. Ian Williams va más allá del aprendizaje y el entrenamiento constante de los valores éticos: “El poder comunicador de la imagen es tal, que puede incluso cambiar la percepción social de la Medicina”. Por eso cada vez son más los profesionales de la salud escribiendo, leyendo y difundiendo cómics sobre patologías pero también sobre la relación médico-paciente. Soplan vientos de divulgación y quieren aprobar ya esta asignatura pendiente.

Después, la Ética médica se encuentra irremediablemente con las redes sociales. Por eso, profesionales de la Deontología han publicado un Manual de Buen Uso de RRSS para médicos y estudiantes, coordinado por Mónica Lalanda y recién presentado. Altisent, Mayor, Williams y Lalanda conviven de tal modo con las redes sociales que el seminario de la Universidad de Zaragoza fue organizado a través de Twitter (#medcomic), contaron ellos mismos. Lalanda agregó que “la idea partió de una entrada del blog de Blanca Mayor sobre patografía gráfica en Estados Unidos”, donde, además, nuestra bloguera hace otras muchas recomendaciones (The Doctor Cartoons and Comics, Medical Cartoons, Forges en lacoctelera.com...).

Para amplificar la innovación de la Cátedra de Profesionalismo y Ética Clínica de la Universidad de Zaragoza, este reportaje podría haber sido elaborado en formato cómic. Pero Fernando Abadía, del Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud y miembro del Graphic Recording & Visual Faciliting, ya se ha encargado de ello. Durante el seminario dibujó esto: