lunes, 20 de enero de 2014

DE MADRID AL CIELO, PASANDO POR HERSCHEL

El bueno de Herschel construyó su telescopio gigante con asiento incluido, desde el que divisar cómodamente los objetos celestes. Era una silla de madera que se subía y bajaba con un sistema de poleas, donde el célebre astrónomo alemán pasaba largas horas observando estrellas, cometas, planetas... Incluso le subían la comida hasta allá arriba. Uno puede imaginárselo de maravilla al contemplar la gigantesca réplica del telescopio de Herschel que muestra a sus visitantes el Real Observatorio de Madrid.

                                        Foto: Álvaro Ibáñez


Esta réplica ha sido colocada en el mismo lugar en el que hubo, hace más de dos siglos, un auténtico telescopio de Herschel, el primero que llegó a España, en 1803, adquirido por el Observatorio e instalado en la oscuridad del extrarradio madrileño. Qué pena que durara sólo cinco años, aun sin chip de obsolescencia. En 1808 lo destruyó la guerra.

Aquel valioso gigante estaba en la misma explanada en que hoy se alza la réplica. Al aire libre. En uso permanente. Por aquel entonces, en la colina que corona la Cuesta del Moyano no había luces, no había ciudad siquiera. Era el prado que dio nombre al museo, tan próximo al Observatorio.

El arquitecto Juan de Villanueva acaba de construir a las afueras de Madrid el corredor de las ciencias. El Museo del Prado, originalmente Academia de Ciencias, el Jardín Botánico y el Real Observatorio. Tantas estrellas se contemplaron desde allí... Pero esto sí que cuesta hoy imaginarlo, en pleno centro urbano. Por eso, la réplica es sólo de exhibición, aunque Francisco Colomer, director del Observatorio, asegura que funciona.

A la réplica le han construido un edificio alrededor, todo de cristaleras, para su seguridad. Y aunque desde ahí ya no se mira al cielo, muchos astrónomos trabajan actualmente en este precursor centro de astronomía.

Se puede visitar los fines de semana, incluido el viernes por la tarde. Sus paredes hablan. Cuentan historias de astronomía, de tierras lejanas, tiempos oscuros, hallazgos luminosos y batallas que hicieron avanzar la ciencia. Como la que libraron relojeros y astrónomos por conseguir un método para medir fácilmente la longitud de la Tierra y que no se perdieran por mar tantos hombres y mercancías.

Y es que "mirando al cielo, puedes saber en todo momento dónde te encuentras; pero siempre que sepas la hora". Colomer es quien cuenta las historias. Disfruta haciendo de anfitrión entre tantos instrumentos de astronomía, geodesia y geofísica. Hay astrolabios de 1800, teodolitos, un péndulo de Focault, espejos de Herschel, de otros telescopios gigantes, el gravímetro de péndulo que midió por primera vez el valor de la gravedad en España, un clisímetro, un sismoscopio y un círculo azimutal.



Y más aún. El Real Observatorio de Madrid tiene un buscador de cometas de 1850, un espectrógrafo, esferas lunares que aún desconocen la cara oculta, un mareógrafo, un heliótropo, varias linternas geodésicas... Visitas guiadas que son auténtica delicia.  


                                                     Foto: Fanattiq

lunes, 13 de enero de 2014

DIME CÓMO TE MUEVES Y TE DIRÉ QUÉ LESIONES TENDRÁS

La biomecánica nos espera al final del camino. Esta industria está en la cúspide en muchos países, aunque España registre aún una escasa producción de dispositivos. El inevitable paso del tiempo nos convertirá a todos en usuarios de esta tecnología. Hace poco, la Confederación de Empresarios de Aragón quiso dar un repaso a la situación y reunió para ello a médicos e ingenieros. ¿De qué hablaron? En primer lugar constataron que de los 8.500 millones de euros que España gasta al año en dispositivos médicos, la mayor parte son en importación. José Miguel Azcoitia, de Tecnalia, dijo que son equipos de biomecánica que bien podrían ser fabricados por empresas españolas.






Los estudios de Tecnalia 'hablan' ya del híbrido hombre-máquina y de robots que cuidan personas. Este centro tecnológico trabaja con una red de hospitales, “porque ya se ha producido el cambio en el perfil cultural de los médicos y están más abiertos a las posibilidades de la biomecánica”, manifestó Azcoitia. Y Antonio Herrera, catedrático de Cirugía Ortopédica en Zaragoza, reconoció también este hecho: “Los médicos saben hoy más de prótesis, sobre todo de sus consecuencias”.

El entorno laboral, el deporte y los accidentes de tráfico son las áreas elegidas por los investigadores españoles en biomecánica. Idergo I3A desarrolla herramientas para detectar riesgos de lesión músculo-esquelética en cadenas de producción. Sus desarrollos, probados algunos en las cabinas de conducción del AVE, miden esfuerzos en las articulaciones. Juan Carlos Tena, de Fremap, habló incluso de “envejecimiento laboral”, por las numerosas lesiones que registra procedentes de cadenas de montaje y trabajos manuales en tensión.

Como apoyo a la fisioterapia, la empresa Intervap Europa diseña máquinas de entrenamiento físico para el reaprendizaje de habilidades motoras. La novedad, investigada con la Universidad de Zaragoza, es que “la máquina trabaja según las necesidades funcionales del paciente”, explicó José Miguel Tricas, de la universidad. Intervap comercializará en breve esta tecnología.

En la prevención de lesiones deportivas está Trayner, un equipo médico que trabaja con Quirón. Presentó su aparato portátil de tensiomiografía, objeto de la tesis doctoral de Guillermo Aladrén, quien se refirió a esta “técnica joven que analiza las propiedades contráctiles de los músculos superficiales y monitoriza la fatiga muscular”. Se ha aplicado a también en neurología a pacientes con hemiplegia.

Podoactiva es ya veterana en biomecánica del deporte a través de la clínica. Atiende a 45.000 pacientes cada año. Víctor Alfaro, su director, habló de sus investigaciones en presión plantar y de sus plantillas de espesor variable, en función del comportamiento dinámico del paciente. Con ellas, Podoactiva corrige la fascitis del corredor, la lesión de quinto metatarsiano del futbolista, el pie del esquiador, el del ciclista y los daños metatarsales que producen los tacones. Ha reestructurado las botas del Real Madrid y la Selección Española de Fútbol y Arbelóa, Iniesta y Xavi Alonso están probando su nueva espinillera de fibra de carbono. De Podoactiva ha nacido Younex; su primer producto, un respaldo personalizado para el asiento del coche.





Y en las carreteras está el laboratorio Tessa, que estudia biomecánica aplicada al impacto. Francisco López, de Tessa, aludió a su investigación sobre el Airbelt, un cinturón inflable que, si bien ha demostrado mejoras con respecto al cinturón convencional, no es cien por cien 'inocuo', ya que Tessa ha demostrado que produce lesiones en cuello, torso y pelvis por la presión de los infladores.