jueves, 19 de junio de 2014

LOS CHINOS QUIEREN SABER CÓMO SE CONSTRUYÓ VALDESPARTERA… porque necesitan rebajar su factura de energía

Érase una vez un barrio nuevo de Zaragoza al que llamaron Valdespartera. Los vecinos vivían felices con sus galerías acristaladas en el lado sur, su doble cerramiento en el norte y unos edificios que no se hacen sombra en invierno. “Lo ideal es que el sol llegue hasta los pisos más bajos”, les decía a los nuevos residentes el ingeniero Constantino Baile, del Grupo de Energía y Edificación de la Universidad de Zaragoza, responsable del aprovechamiento energético de Valdespartera.









Satisfechos de ser informados, los vecinos comprobaron después con alivio cómo, unos anchos aleros, proyectaban en verano la sombra necesaria para que sus viviendas no recibieran tanto sol. Además, en los meses calurosos, las ventanas abiertas de los lados norte y sur dejaban entrar en las casas un aire fresco.

Menos calefacción en invierno y menos aire acondicionado en verano. Eso, la rebaja en la factura, es lo que, realmente, hacía felices a los vecinos del nuevo barrio zaragozano. Y sigue haciéndolo hoy, después de diez años entre miles de habitantes y con varios premios a su estructura y funcionamiento ecológico. “Hasta de China han pedido información sobre las condiciones y técnicas de construcción de Valdespartera”, se congratula Baile por lo que le toca.








Los ingenieros del Grupo de Energía y Edificación hicieron seguimiento, bajo la tutela de José Antonio Turégano, de estas fórmulas de ahorro energético en Valdespartera. Acumularon más y más experiencia, informatizaron sus avances en materiales y técnicas de edificación, en sostenibilidad energética y tanto tanto conocimiento ha dado lugar, al final, al reciente nacimiento de Ursos, un software calculador de demandas energéticas en barrios.

Con Ursos, se dibujan viales y parcelas, viviendas y locales, se introducen los materiales de construcción, sobre todo de cerramientos, se sitúa la localización del barrio y... clic en el botón de cálculos. La energía que ese barrio va a necesitar para funcionar aparece en pantalla. Fantástico ¿no? Para comercializar esta herramienta, que hará las delicias de arquitectos e ingenieros, los investigadores de la Universidad de Zaragoza han creado la spin-off Geezar.

Como valor añadido, Ursos contiene indicadores de sostenibilidad para valorar el confort del barrio en relación al gasto de energía. El número de paradas de autobús que tiene, los kilómetros de carril bici y la superficie verde están entre esos indicadores.

La bioconstrucción llama a la puerta de Geezar. Algunos fabricantes de nuevos materiales están ampliando el muestrario de Ursos. Baile cuenta que los muros de la galería acristalada de Valdespartera ya fueron levantados con termoarcilla, “que acumula calor durante el día y lo libera por la noche, en un proceso conocido como inercia térmica”. También se tiende a evitar el poliestireno extruido, sustituyéndolo por corcho natural.




Pero, pronto, los vecinos se dieron cuenta de que no es oro todo lo que reluce en ValdesparteraAún quedan en el barrio muchos materiales de construcción que, ya hoy, son rechazados por científicos e ingenieros por la cantidad ingente de energía que consumen durante su fabricación. Es la gran paradoja: se construye para ahorrar energía gastando antes un montón. De esto se ocupó Constantino Baile en su proyecto de fin de carrera y ahora empiezan a hacerlo las directivas europeas.

Baile nos hace, además, observar otra contrariedad: "Los nuevos barrios se construyen como dormitorios, separándolos de los comercios y otros lugares de consumo, con lo que aumentamos el gasto de energía en el transporte diario para realizar nuestras compras". Y en esto, Valdespartera es un claro ejemplo, ya que registra un flujo intenso de desplazamientos hacia los centros comerciales Plaza y Puerto Venecia.   

En fin, no todo es perfecto. De momento, Baile y sus compañeros de Geezar, Ángel Martínez y Pablo Estrada, han aprendido mucho del 'living lab' de Valdespartera y, ahora, como empresa, quieren seguir practicando ese intercambio de información con el usuario. Han probado ya en uno de los edificios del campus universitario Río Ebro otra herramienta: Impact Information for Action (IIA), un método de recogida de datos a través de pinzas en el cuadro de la luz y sondas de temperatura. “Y el usuario accede a toda esta información”.




Ciencia ciudadana. Barrios sirviendo a la investigación. De lo que sí pueden estar seguros los vecinos de Valdespartera es de que, cuando le llegue la hora de ser rehabilitado, incorporará, seguro, nuevas maneras de ahorrar energía y de concienciar al ciudadano; pero, sobre todo, incorporará materiales ecológicos, más respetuosos con el medioambiente.